Seguidores

NO COPIAR.

Por favor, NO COPIÉIS SIN MI PERMISO. Si os gusta alguna entrada y la queréis poner en vuestro blog, ningún problema, siempre que:
1. Me lo digáis a mí primero.
2. Pongáis que lo he escrito yo.
Ya me han copiado más de uno y no me ha hecho nada de gracia.

Un beso.

Buceando en mi interior

Mi foto
Me gusta dormir. Muchísimo. Y la nieve, ver el cielo blanco un día y saber que va a nevar. Me gusta cantar, aunque lo haga mal, me encanta la música, sobre todo el Rock. Me gusta, me encanta, la fotografía, tanto artística como tonta. Me gusta hacer (me) fotos, verlas, disfrutar con las imágenes. Luego me gusta retocar esas imágenes, darles mi toque, poner mi esencia. Quitar lo feo y pintarlo bonito. Porque también me gusta ser feliz. Y sonreír. Y reírme de todo y de nada, llorando siempre, eso sí. Y cuando tengo un día malo, me gusta que sea malo. Me gusta disfrutar de mis depresiones, seré tonta, pero… No intentes animarme cuando esté mal, simplemente, déjame llorar y punto, se me acabará pasando. Me gusta comer chocolate. Está buenísimo. Pero que sea negro, cuanto más puro, mejor. Me gusta sentarme en la hierba y arrancarla. Y cuando hay tréboles de cuatro hojas, me gusta encontrarlos. Igual que encuentro lo bueno dentro de lo malo. Me gusta el color amarillo. Me gusta soplar las velas de una tarta de cumpleaños. Me gusta empanarme, sí señor, y lo hago de maravilla. Me gusta mirar las estrellas pensando que alguien más las estará mirando conmigo.

martes, 16 de agosto de 2011

Paranoias.

Cierra los ojos.
Imagina que cientos, miles de hormiguitas comienzan a subir por tus pies. Que avanzan despacio dándote un suave masaje que sigue ascendiendo, lentamente, por tus piernas, por tu cintura, por tu ombligo. Que las cosquillas hacen que se te pongan los pelos de punta, y que un escalofrío recorre tu espalda, haciéndote estremecer. Imagina que por tu tripa pasan huracanes, que se te encoge el estómago y que solo quieres más de esa sensación, como un vértigo agradable. Un precipicio por el que te asomas sabiendo que puedes volar, que las mariposas te han dejado sus alas y que ahora eres el viento. Que esas alas te llevarán a mil sitios, te harán sentir mil sensaciones, pero nunca te dejarán caer. Que no hay gravedad, que flotas. No estás a tres metros sobre el cielo; el cielo eres tú. Un cielo con miles de estrellas, de esas que ves en las noches de verano tan lejos. Y comienzan a caer estrellas fugaces, y comienzas a pedir deseos, y hay tantas estrellas, y tantos deseos, que comprendes que te quieres quedar ahí para siempre, haciéndolos realidad y descubriendo que la realidad no cumple deseos, sino que concede a cada uno lo que da, y que tú te has ganado el cielo.
Ahora abre los ojos.

Y no sueñes con todas esas sensaciones. Simplemente, siéntelas, las tienes a tus pies.

jueves, 11 de agosto de 2011

Hace tiempo que no escribo. Será porque la felicidad no necesita ser desahogada, o por lo menos, no de igual manera que la tristeza.
Escribo para decir que estoy bien, que estoy mejor que nunca. Que nunca había sido feliz tanto tiempo seguido, ni había tenido expectativas de que esta felicidad se pudiera prolongar hasta el infinito.
Escribo para decir que le quiero más que a nada en este mundo, y que por primera vez estoy segura de que esto es de verdad, que nos hacemos fuertes el uno al otro y que podremos con todo, hasta con el tiempo y la distancia.
Escribo para daros las gracias por estar ahí, aunque yo no esté tanto en los últimos tiempos. Por comentar, y subirme la moral con lo que me escribís, o con el simple hecho de ver que os sentís identificados conmigo. Da gusto compartir estas cosas.

Espero que estéis disfrutando del verano:)