Seguidores

NO COPIAR.

Por favor, NO COPIÉIS SIN MI PERMISO. Si os gusta alguna entrada y la queréis poner en vuestro blog, ningún problema, siempre que:
1. Me lo digáis a mí primero.
2. Pongáis que lo he escrito yo.
Ya me han copiado más de uno y no me ha hecho nada de gracia.

Un beso.

Buceando en mi interior

Mi foto
Me gusta dormir. Muchísimo. Y la nieve, ver el cielo blanco un día y saber que va a nevar. Me gusta cantar, aunque lo haga mal, me encanta la música, sobre todo el Rock. Me gusta, me encanta, la fotografía, tanto artística como tonta. Me gusta hacer (me) fotos, verlas, disfrutar con las imágenes. Luego me gusta retocar esas imágenes, darles mi toque, poner mi esencia. Quitar lo feo y pintarlo bonito. Porque también me gusta ser feliz. Y sonreír. Y reírme de todo y de nada, llorando siempre, eso sí. Y cuando tengo un día malo, me gusta que sea malo. Me gusta disfrutar de mis depresiones, seré tonta, pero… No intentes animarme cuando esté mal, simplemente, déjame llorar y punto, se me acabará pasando. Me gusta comer chocolate. Está buenísimo. Pero que sea negro, cuanto más puro, mejor. Me gusta sentarme en la hierba y arrancarla. Y cuando hay tréboles de cuatro hojas, me gusta encontrarlos. Igual que encuentro lo bueno dentro de lo malo. Me gusta el color amarillo. Me gusta soplar las velas de una tarta de cumpleaños. Me gusta empanarme, sí señor, y lo hago de maravilla. Me gusta mirar las estrellas pensando que alguien más las estará mirando conmigo.

sábado, 30 de abril de 2011

No te echaré de menos en septiembre.

No sé a qué aspiraba cuando empecé contigo. Después de tantos años juntos, era lógico pensar que, si alguna vez teníamos algo, el final sería parecido a este. Tu impaciencia de pasión me jugó una mala pasada. O quizá fuera mi propia inconsciencia, o mis ganas locas de ser feliz. No sé lo que fue, no sé lo que pasó, no sé lo que sentí en este tiempo. No sé si llegué a sentir algo, o simplemente fuera que no me quité del todo el disfraz con el que te gustaba en carnaval. A lo mejor no has sido del todo sincero, y puede que yo me haya vuelto muy paranoica. Y eso es lo que más me duele. Que ahora te vea haciendo cosas con otras que conmigo no hiciste. Que las creas a ellas y no a mí. Que me cambies por un buen rato. ¿Y luego qué? ¿Qué pasará en septiembre? Que ya no te echaré de menos. Solo eso. Y que ahora no estoy tan segura de que fueras un buen error.
-Dinos qué te pasa.
-Estoy jodido, perdí la conciencia.
Morir, sin más, pues nadie me ha venido a despertar.
No estás, me abrí, y nadie me ha venido a despedir.
Hoy noto que no,
que no me da la gana, yo la vida doy por saber
si un mundo mejor esta esperándome mañana,
un mundo mejor que ayer.

Sola como nunca, sola como siempre.

1999, Love of lesbian.
 Hasta aquí llegó el ritual de enfados y canibalismo estúpido. Son demasiadas horas en vela y nada que decir. Descansamos nuestra espalda en las persianas bien cerradas, tú y yo anémicos, y a cada parpadeo calmado intentamos dormir. Terapias mal llevadas sin nadie que mediara por dos histéricos. Mis gritos envasados al vacío reventaron al fin. Y ahora congelo cada instante sabiendo de antemano que son los últimos, la noche que el '99 llegó hasta abril. Ya no hay ganas de seguir el show ni de continuar fingiendo, solo quiero ser espectador. Relax, entertainment. Me pregunto quién pensó el guión, debe estar bastante enfermo, fue el estreno de un gran director, le caerán mil premios. Y al subir al taxi mis palabras son vapor de cristal. Y me dejo el alma cuando escribo en la ventana "que sea cierto el jamás". ¡Oh, cállate! Putas ganas de seguir el show y de continuar mintiendo. Y en un travelling algo veloz sale un "fin" en negro. Y a medias del viaje callo a gritos que no quieres bajar. Y pierdo la conciencia cuando escucho cómo dices "que sea cierto el jamás". ¡Oh, muérete!

A veces cuando algo sucede, pensamos que no debería haber ocurrido así. Por eso sentimos, cuando muere un ser querido, cuando perdemos unas elecciones, cuando sufrimos cualquier derrota, que todo ha terminado. Y no es verdad. Ése es el principio siempre. Porque la grandeza se alcanza, no cuando todo va bien, sino cuando la vida te pone a prueba, cuando tienes un gran tropiezo, cuando te decepcionan, cuando la tristeza te invade. Porque solamente estando en lo más profundo del valle, puede saberse lo magnífico que es estar en la cima de una montaña.

Violento amor, Pereza.
 Violento amor, semanas rotas en dos. Cielo y sudor, un trocito de rock and roll. Fuiste un putón, pero eras my love, de lo mejor que había visto. Abrió las piernas, fuego en mis venas, era una estrella, ¿qué has venido a hacer aquí? No sigo tu velocidad, siempre me quedo atrás. Violento amor, champagne, anfetas y adiós. Fue de un tirón, no estaba visto. Cerró las piernas, suenan sirenas, era una estrella, ya se largaba de aquí. Apretó el detonador, volamos alto. Estoy bastante regular, me duermo en el portal. A veces voy a ver si estás, siempre me da por ahí.


Te echo de menos. Quizás no de manera física, pero extraño tu olor y tu voz. Bueno, tampoco vamos a engañarnos, echo de menos que me cojas, me molestes o me hagas reír con cosquillas. ¿Que en qué pienso? En nada. Pero no puedo negar que no piense, sobre todo en ti. No puedo negar que no recuerde cuando me decias te quiero.
Quizás solo sea temporal, aunque si nos paramos a pensar, todo es temporal porque todo tiene un final.
Odio los finales, de hecho, nunca dejo que una canción termine del todo.
Nunca quise que acabara.

Despellejo, Marea.
Cruzan mi semblante en alguna ocasión ganas de abrazarme a la sin razón, si tó lo que miro me dice que no, ¿qué es de tu vida? Me alegro de verte. Solo como nunca, solo como siempre... Despellejo un corazón con las zarpas de mi voz y me mata el mismo sol que a ti te alumbra. Y dibujo con mis manos en la mañana temprano tus ojitos en el techo, y se rompen los cristales en mi pecho, y pienso en los dos al compás de la tos, tan mal no lo he hecho, me voy a cagar en Dios, tú lo sabes bien. Qué le voy a hacer si no me hacen caso mis pies, solo queda contentarse con los restos, comerse los huevos por todos aquellos que beben a morro de ti, de tus besos, morirse un poquito con tanto silencio, cerrar las cortinas, buscar otro aliento...

Basta. Estoy fuera. De los recuerdos. Del pasado. Pero también estoy perdida. Antes o después las cosas que has dejado atrás te alcanzan. Y las cosas más estúpidas, cuando estás enamorada, las recuerdas como las más bonitas. Porque su simplicidad no tiene comparación. Y me dan ganas de gritar. En este silencio que hace daño. Basta. Déjame. Ponlo de nuevo todo en su sitio. Así. Cierra. Doble vuelta de llave. En el fondo del corazón, allí, en aquella esquina. En aquel jardín. Algunas flores, un poco de sombra y después dolor. Ponlos allí, bien escondidos, te lo ruego, donde no duelan, donde nadie pueda verlos. Donde tú no los puedas ver.



El equilibrio es imposible, Los piratas.
Confía en mí, nunca has soñado poder gritar y te enfureces. Es horrible el miedo incontenible. Entonces ven, dame un abrazo, no te conozco cuando dices "qué felices". Qué caras más tristes. Ella sabe y presiente que algo ha cambiado. ¿Dónde estás? No te veo. Es mejor. Ya lo entiendo. Ahora ya no me lamento. No sigo detrás. ¿Para qué? Si cada vez que vienes me convences, me abrazas y me hablas de los dos. Y yo siento que no doy, que el equilibrio es imposible cuando vienes y me hablas de nosotros dos, no te diré que no. Yo te sigo porque creo que en el fondo hay algo. Ella no me imagina cazando en los bares, viviendo deprisa, para qué...

Después de todo, los ordenadores se rompen y las relaciones se terminan.
Lo mejor que podemos hacer es reiniciar y respirar.
Tantos caminos, tantos desvios, tantas opciones, tantos errores...
BIENVENIDA A LA ERA DE LA PERDIDA DE LA INOCENCIA.
Nadie desayuna con diamantes y nadie vive romances inolvidables...

Malos pensamientos, La fuga.
 
A destiempo van viniendo tus fantasmas a escupirme tus recuerdos. En mi alma, otro saco de cemento. En mi cabeza, malos pensamientos.
Fuiste una comida sin vino, una piedra del destino, un domingo de resaca.
Fuiste una tarde en el infierno, una noche en el aeropuerto, un invierno sin mantas.
Fuiste, y lo importante ha sido eso, que es pasado aunque me quejo, ni te extraño ni te siento.
Fuiste una mañana de lunes, un escenario sin luces, una vela que se apaga.
Fuiste una guerra inacabada, un puñal cuando se clava, un incendio en las montañas.
Fuiste un cuba libre sin hielo, un demonio en el cielo, ni exagero ni te miento.
Fuimos dos perros callejeros, eternamente en cueros, jugando a hacernos daño, jugando a no entendernos.

Cuando estás mal, cuando lo ves todo negro, cuando no tienes futuro, cuando no tienes nada que perder, cuando... cada instante es un peso enorme, insostenible. Y resoplas todo el tiempo. Y querrías liberarte como sea. De cualquier forma. De la más simple, de la más cobarde, sin dejar de nuevo para mañana este pensamiento: <<Él no está>>. Ya no está. Y entonces, simplemente, querrías no estar tampoco tú. Desaparecer. Plaf.

lunes, 25 de abril de 2011

Cuando reviente todo seguirás por tu camino.

Sería fantástico volver a empezar. Hacer como si nada, olvidar nuestros problemas y descorchar juntos la botella que contiene la felicidad. Para compartirla. Sea como sea. En copa, en vaso, o incluso a morro. Si es que ya me da igual todo, con tal de no perderte. A veces me evado del mundo, y pienso que me gustaría estar así siempre, lejos de ti, en otro lugar, completamente diferente. Y comenzar una nueva vida de la que tú no formes parte. Que te vaya bien con tus mil historias, con tu egocentrismo y tu manera de ver la vida; que te vaya bien, de forma que no me hagas daño a mí. Huir es de cobardes, dijo alguien. Pero yo digo que también es de valientes, que hay que saber hacerlo en el momento oportuno. No puedes soportar siempre todo, llega un momento en el que estallas, de una manera o de otra. Y quizá ayer estallé yo. Y lo siento. Nunca me han gustado las reacciones bruscas, el actuar sin pensar. Pero a veces no te sale otra cosa más que desahogarte, y me dejé llevar. Hoy te miraba a la cara y no soportaba no estar bien. Porque aunque intente hacerme la dura y pensar que lejos de ti sería feliz, quizá no. Quizá te necesite cerca para serlo, pero no sé de qué manera compartirte con el mundo. No puedes ser mío, y no me gusta que seas de los demás. Qué dilema. No puedo estar mal toda la vida, o aprendo a ser fuerte y a no dejar que me afectes tanto, o tendré que huir de verdad...



No sé qué coño esperabas. 
No me entiendo ni a mí mismo, 

siempre me saco de quicio.
Yo me siento sólo,
aunque esté contigo.

No sé vivir sin ti,
no sé vivir contigo.
Cuando reviente todo,
seguirás por tu camino.
Para siempre es mucho tiempo,
Una noche es poco rato.
Me jugaría la boca,
por morder tus labios.

No me tientes que entro al trapo.
Yo no quiero madrugadas,
sin compartir almohada.
Se nace y se muere sólo,
y en mitad de ese camino,
quiero un rato divertido.

jueves, 21 de abril de 2011

Ni contigo ni sin ti,

tienen mis males remedio.


...contigo porque me matas
y sin ti porque me muero.

martes, 19 de abril de 2011


Por mucho que me cueste decirlo, hay veces que no, que la lluvia  no te ayuda a crecer, porque a veces llueve tanto que en vez de crecer te ahogas, te desbordas, no puedes más...

jueves, 14 de abril de 2011

Colaboración, please:)

Hoy no toca texto, hoy necesito vuestra ayuda! Es el cumpleaños de una de mis mejores amigas, y entre otra amiga y yo la queremos hacer un regalo, y queríamos que fuera algo personal, no comprado... hecho por nosotras, vamos:) Lo que pasa es que lo necesito para esta Semana Santa y no se nos ocurren ideas, ¿nos podéis ayudar? He de decir como dato que nos encantan las fotos y la música :)
Pd. Hay algunas opciones que ya hemos utilizado otras veces, no nos valen: álbumes de fotos, diarios, ni cuadernos con dedicatorias. ¿Qué más se os ocurre?

miércoles, 13 de abril de 2011

Lucha de gigantes.

Entiéndeme cuando te diga que me da miedo todo esto, que temo día a día por nosotros y por lo que tenemos. No puedo evitar llorar cuando me pongo nerviosa. No es una muestra de tristeza, es solo un poco de fragilidad. Que me pongo muy borde cuando quiero y que también tengo lo mío. Pero es que me duele tanto cuando me sueltas alguna de tus genialidades... Que sé muy bien lo que tenemos y hasta dónde puedo llegar, pero no puedo remediar sentirme celosa cuando me hablas de otras a las que quieres comer la boca. Y que después de enfadarme, la culpa sea mía.  Por no entenderte. Por no saber perdonar tus errores. Por no darme cuenta de que tienes unas necesidades básicas que yo no satisfago, y sobre todo, por no comprender que por encima de todas las cosas que me dices está el hecho de que me quieres más que a ninguna. Más que nunca a ninguna. Pero permíteme que lo dude cuando sean las dos de la mañana, tenga sueño y solo quiera dormirme y olvidarme de todo, simplemente despertar al día siguiente con la sonrisa puesta, para poder quedar contigo a las 8:25 y empezar bien la mañana. Esta vez sin discusiones. Pero no como hace unos años, cuando no discutíamos porque no nos conocíamos. No. No me importa discutir contigo, siempre conseguimos aprender de ello. De nuestros errores. Discutimos porque nos conocemos, porque nos queremos, y porque queremos ser felices. No está mal. Pero a veces hace tanto daño...



Lucha de gigantes, un duelo salvaje advierte lo cerca que ando de entrar. En un mundo descomunal siento mi/ tu f r a g i l i d a d. Dime que es mentira todo, un sueño tonto y no más. Me da miedo la enormidad donde nadie oye mi voz. No sé contra quien voy, ¿o es que acaso hay alguien más aquí? Creo en mis tonterías para hacer tu risa estallar.

sábado, 9 de abril de 2011

Lo que tengo yo adentro.

Éramos distintos imposibles, como rezaba aquella canción. Inconscientes, quizás. Algo ebrios de locuras y deseosos de probar experiencias. No fuimos conscientes de dónde nos metíamos, poco a poco, de que nos estábamos hundiendo en el barro. Pero mientras lo descubrimos fuimos felices. No de esas felicidades empalagosas, aunque sí éramos algo ñoños. Hablo de la felicidad rara que te produce el ir descubriendo día a día cosas nuevas que, a pesar de que siempre estuvieron delante de nuestros ojos, nunca las supimos apreciar. Irnos conociendo cada instante, pues nunca dejas de descubrir a una persona.
Todo fue muy surrealista desde el principio. Pasamos las tardes enredados en besos fugaces en un portal, soñando con volar. Pedimos deseos con pestañas y con estrellas fugaces, y la Luna nunca fue tan bonita como cuando la observamos sedientos aquella noche. Los días pasaban rápidos, interrumpidos por fines de semana progresivamente pasionales. La gente nos miraba, conspiraba; no nos entendía. No podían comprender cómo dos personas tan radicalmente distintas pudieran desbordar tanta alegría juntos. Y nos tenían envidia. Ocurría algo entre nosotros, un magnetismo inducido que nos movía a actuar con extraña dependencia, como imanes. Podíamos estar lejos, pero siempre nos tendríamos cerca, nos llevábamos en la mano.
Descubrimos el misterio mucho después. Quizá lo que nos une sea lo mismo que nos separa, pensamos, ilusos. Era una montaña rusa, aquellos 18 años fueron realmente un vaivén de sensaciones, de polos opuestos, de sin sentidos, pero sintiéndolo todo. No conseguíamos establecer conexión entre tu egocentrismo y mi inocencia. Nunca lo hicimos. Ni lo haremos. ¿Para qué? Si ésa es precisamente la llama que nos mantiene vivos, la cuerda que no nos deja caer, la gravedad que nos pone los pies en el suelo... Aquellas aparentes diferencias no son más que puras similitudes vistas con distintos enfoques, bokeh, macro. Aparentemente tan irreal; realmente tan... perfecto.
Años después, al volver la vista atrás, recapacito sobre si fue el mayor error que jamás cometí. Me hiciste tan feliz como desgraciada. Recuerdo ser un girasol, sin comer, ni beber, ni dormir. Solo una mera espectadora de tu gran representación. De pasarme la noche preguntándome si tus ojos color chocolate me concederían la tregua algún día a esta guerra fría que empezamos siendo niños. Nunca me mereciste, y lo sé, y lo supe en su momento. Pero me dio igual, me apetecía vivir. Me hubiera arrepentido de no haberlo hecho. Quizá fuiste un error, sí. Pero, ¿sabes qué? Que me equivocaría otra vez. Eres el mejor error que he cometido nunca.

viernes, 8 de abril de 2011

Porque dijimos que no queríamos ser como los demás, y lo estamos consiguiendo. No, no contaron con nosotros a la hora de hacer las estadísticas. Ni tuvieron en cuenta el color chocolate de tus ojos, cuando miras hacia arriba desde mi regazo. Tan tierno. Y encontrar por primera vez la estabilidad en algo inestable, ir a contracorriente, ser lo que nunca soñamos ser, tan diferentes, pero tan reales. Que la Luna nunca me pareció tan cercana como cuando la vi contigo. Tan mágica. Dejar que el suelo me despeine una vez más, que las rocas me hablen de las caricias que nos quedan, de tratar de adivinar a qué sé cuando es primavera. Y de saber que tu olor y tu sabor no van a desaparecer cuando te vayas.

miércoles, 6 de abril de 2011

Para siempre es mucho tiempo, una noche es poco rato.

Así que alégrate, lo has conseguido.



Hace algunos siglos                              

                    He vuelto a las andadas.

que he empezado a                                

He vuelto a enloquecer.

sospechar que he caído                            

                      Lo vi escrito en la Luna... 

sin quererlo en tu                                

gravedad.

sábado, 2 de abril de 2011

Se apagó el fogón.

Se acabó. Ya no habrá más vuelos por la ventana, en un vago intento de ser Peter Pan, ni más películas de Disney, ni más dedicatorias bonitas ni besos con amor en el portal. Ahora, si eso, vendrán noches pasionales, en las que los sentimientos están de más, en las que sobra de todo menos los dos cuerpos, y el sudor se convierte en un aliado de la pasión. Quizá me haya enamorado de tus labios, no de ti. Quizá me vuelva loca el olor de tu colonia, y no el de tu aliento. Quizá me haya enganchado de tus manos, las que antes me subían al cielo y ahora me han dejado caer. Quizá Campanilla no esté de tu lado, si no del mío, y pueda aprender a volar yo sola, y remontar el vuelo. Y volar. Volar alto, volar lejos. Lejos de todo. Lejos de ti.

Mi amor se cae al suelo y no se queja demasiado,  "podría ser peor", se dice, y sigue caminando. Mi amor jugaba a ser mayor mucho antes de llegar y expresa en una mueca que está harta de esperar. "Pero no importa, estaré bien si tú te quedas a mi lado", y disimula recogiendo su amor propio destrozado. Mi amor dejó el colegio porque dijo que era caro, "nada he aprendido y ya me estaban fastidiando". "Empezaré cualquier empresa y cuidaré de que estés bien, tú quédate conmigo sólo tienes que aprender". M está segura de que todo irá mejor, pero nunca pasa nada y aún seguimos siendo dos. M está tranquila porque dice que es mejor, pero nunca he estado solo y esta casa es para dos. Yo tocaba fondo y me dormía en la cocina, M me abrazaba y se tumbaba encima mía, "no te preocupes que esto pasará, mañana estarás bien", y me cogía la cabeza y la metía en su jersey. M nunca dudó que me quería a pesar de todo, pero el día que se fue no le importó dejarme solo, "lo hago por ti", me dijo, "ya verás, sin mi estarás mejor", y me dio un beso en la mejilla, cogió la puerta y sonrió.