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NO COPIAR.

Por favor, NO COPIÉIS SIN MI PERMISO. Si os gusta alguna entrada y la queréis poner en vuestro blog, ningún problema, siempre que:
1. Me lo digáis a mí primero.
2. Pongáis que lo he escrito yo.
Ya me han copiado más de uno y no me ha hecho nada de gracia.

Un beso.

Buceando en mi interior

Mi foto
Me gusta dormir. Muchísimo. Y la nieve, ver el cielo blanco un día y saber que va a nevar. Me gusta cantar, aunque lo haga mal, me encanta la música, sobre todo el Rock. Me gusta, me encanta, la fotografía, tanto artística como tonta. Me gusta hacer (me) fotos, verlas, disfrutar con las imágenes. Luego me gusta retocar esas imágenes, darles mi toque, poner mi esencia. Quitar lo feo y pintarlo bonito. Porque también me gusta ser feliz. Y sonreír. Y reírme de todo y de nada, llorando siempre, eso sí. Y cuando tengo un día malo, me gusta que sea malo. Me gusta disfrutar de mis depresiones, seré tonta, pero… No intentes animarme cuando esté mal, simplemente, déjame llorar y punto, se me acabará pasando. Me gusta comer chocolate. Está buenísimo. Pero que sea negro, cuanto más puro, mejor. Me gusta sentarme en la hierba y arrancarla. Y cuando hay tréboles de cuatro hojas, me gusta encontrarlos. Igual que encuentro lo bueno dentro de lo malo. Me gusta el color amarillo. Me gusta soplar las velas de una tarta de cumpleaños. Me gusta empanarme, sí señor, y lo hago de maravilla. Me gusta mirar las estrellas pensando que alguien más las estará mirando conmigo.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Yo te convertí en noviembre, así es mi calendario.

Y morir. Morir semana tras semana, domingo tras domingo, deseando que se pasen 4, solo 4 días más para poder volver a estar a tu lado. Tumbada en tu pecho, escuchando tus latidos. Tum-tum, tum-tum, tum-tum. Y marcarte el ritmo dando golpecitos con mis dedos. Mirar hacia arriba y ver que me estás mirando, y sonreír. Con un poco de vergüenza, y acurrucarme debajo de la manta porque no quiero que me veas cuando me sonrojo. Reírme a carcajadas. Porque sabes hacerme reír como nadie. Y aunque me hagas cosquillas, muchas, y yo me queje, mucho, te quiero. Mucho. Muchísimo. Más que a nada en el mundo mundial. Me gustas más que tus fotos de pequeño. Y que tus mofletes. Y que los besitos pequeños en toda la cara. Y me gustas aún más que el chocolate con oreo. Y que los autobuses de los viernes a la 1. Que las conversaciones por teléfono mirando las estrellas, tu tripita cervecera, o los momentos dospuntosdollar. Más que cuando me quieres preguntar cosas, que cuando tienes malas noticias, o cuando me quitas las lágrimas. Más que el puente, y más que el árbol del día 13. Más que la letra traducida de With me. Más que los seis meses que llevas a mi lado. Me gustas indeterminadamente, infinito elevado a infinito. Infinitas veces. Y eso de verdad que es mucho. No sabes bien cuánto...

jueves, 17 de noviembre de 2011

Escribe un título.

Hay días que necesito escribir. Lo cierto es que hace mucho que no escribía. Desde que empecé la universidad (grado en Biología) apenas tengo tiempo, y el que tengo lo gasto en comer, en dormir y en Él. Supongo que solo podré escribir cuando me sea muy urgente, ya que ésta es una vía de desahogo para mí, o cuando tenga algo de tiempo libre, como es el caso ahora mismo.
He visto que me ha seguido muchísima gente nueva. Gracias, de verdad. Aun sin tocar esto desde hacía meses me seguís dando alegrías y comentando entradas antiguas. No paréis de hacerlo, por favor. Aunque siento no poderos devolver la sonrisa por el momento.

Lo cierto es que lo echaba de menos. Me relaja mucho esto de ponerme delante del ordenador y contarle mi vida a alguien, a cualquiera que quiera leerla. Supongo que ése es precisamente uno de los motivos por los que surgió este blog. Para contar mi vida a gente que no me conoce, que no me puede juzgar por mis acciones anteriores. También ese es el motivo principal de mis ganas de irme de casa. Y empezar de cero en otro sitio, en otro ambiente, con otra gente totalmente diferente. Alejándome lo más posible de aquello que me hace o hacía daño. Cambiar de aires, vamos. Supongo que todos lo necesitamos en algún momento, ¿no? Pues bien, había llegado el mío. Y estoy muy feliz ahora. Muy tranquila con mi nueva vida. Me he adaptado bastante bien a esta nueva ciudad y a su gente, gente de todas partes, caras totalmente desconocidas que empiezan a formar parte de mi vida. A lo que no me acabo de acostumbrar es a su ritmo. Creo que necesito una rutina. Acabaré odiándola, pero será la que me permita no despistarme demasiado de mis obligaciones, y distribuirme para tener tiempo para todo.

Intentaré publicar algo al menos una vez a la semana. O dos. Igual se queda solo en intento, procuraré que no...



Os dejo con Supersubmarina, que se me ha pegado hoy.